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Violencia familiar en el Perú (página 2)




Enviado por Manuel Risco CH.



Partes: 1, 2

 1.1 Violencia
Doméstica
. La violencia psicológica y física con el
cónyuge, el maltrato
infantil y el abuso de los niños.
La violencia doméstica es un mal social que deriva en gran
parte de los mitos que
rodean a los roles femenino y masculino aprendidos desde la
infancia.

El hombre es
el fuerte, el que domina, el jefe de familia, el que
no llora ni muestra sus
emociones.

La mujer es atenta,
obediente, sacrificada, da todo por los demás, sigue a su
marido "hasta que la muerte los
separe".

La Violencia Doméstica es la práctica de
una serie de tácticas coercitivas que los abusadores usan
para obtener y mantener control y
poder sobre su
pareja.

Según las indicaciones del Estatuto de la Florida
741.28, violencia doméstica se refiere a cualquier ataque,
ataque agravado, agresión agravada, agresión
sexual, acechar y seguir, asechamiento agravado, secuestro y
encarcelamiento falso, o cualquier ofensa criminal que resulte en
daño
físico o muerte de una
persona de
la familia o
de una persona que resida con la familia, por otra
persona

que también reside o residía en la misma
casa particular. Esto incluye hechos como:

Abuso físico — Empujar, dar bofetadas, patear,
dar puñetazos, tratar de estrangular, y pegar.

Abuso verbal y emocional — Amenazas,
intimidación verbal, acechar el paso, actuar sin
controlarse la rabia.

1.2 Violencia Cotidiana. Es la que venimos
sufriendo diariamente y se caracteriza básicamente por el
no respeto de las
reglas, no respeto de una cola, maltrato en el transporte
público, la larga espera para ser atendido en los
hospitales, cuando nos mostramos indiferentes al sufrimiento
humano, los problemas de
seguridad
ciudadana y accidentes.
Todos aportamos y vamos siendo parte de una lucha cuyo escenario
se convierte en una selva urbana. Existen, de acuerdo con J.
Alemany , además de un mecanismo económico (ya
visto) , otros de carácter biológico
psicológico y cultural que caracterizan la violencia
cotidiana en el marco del sistema
neoliberal actual

A) El llamado mecanismo biológico , consiste en
la deshumanización , que cataloga al "otro" como un "no
ser humano". El objetivo es
que "El otro", como persona integral deje de ser importante para
mí como ya lo es para el sistema económico . Y es
que ,parodiando a Primo Levy "un ser deshumanizado y un sistema
inhumano difunden y extienden su inhumanidad en todas direcciones
y especialmente hacia abajo" (cfr. Primo Levy: los hundidos y los
salvados). De esta manera se construye un individuo
des-actualizado, des-relacionado. Des-referenciado

Martín Buber escribía en su célebre
"yo-tu" que los seres verdaderos son vividos en la actualidad,
mientras los objetos lo son en el pasado, la "actualidad" implica
siempre relación y esa es la manera de encontrarse. La
deshumanización implica por el contrario
des-actualización con el otro "mi próximo" y por
tanto su "objetualización". Una vez que he objetualizado
al otro, que lo he deshumanizado, se abre la veda para la
violencia

B) Un mecanismo psicológico referido a la
incapacidad para para procesar adecuadamente la capacidad de amar
y valer , bien por exceso, bien por defecto. Tanto en un caso
como en otro caso se genera violencia. Los referentes de persona
triunfadora que presenta el modelo actual
, favorecen un individualismo hobbesiano, y una competitividad
feroz que acaba destruyendo redes afectivas, generando
frustración y ansiedad permanentes y convirtiendo a los
vecinos en desconocidos, y a compañeros de trabajo en
contrincantes.

1.3 Violencia Política. Es aquella que
surge de los grupos
organizados ya sea que estén en el poder o no. El estilo
tradicional del ejercicio político, la indiferencia del
ciudadano común ante los acontecimientos del país,
la no participación en las decisiones, así como la
existencia de las llamadas coimas como: manejo de algunas
instituciones
y las prácticas de Nepotismo institucional. También
la violencia producida por la respuesta de los grupos alzados en
armas.

No se puede entender el problema de la violencia
política
sin conceptuar a la política como la
organización y aplicación sistemática de
determinadas relaciones de poder, como la articulación de
un conjunto de medios para la
consecución y la preservación de éste. La
política organiza el poder, le otorga forma estatal y
viabiliza un proyecto
socio-económico de clase. En este
marco, la violencia es parte activa de la estructura
social, no es sólo un instrumento o medio de lucha,
sino sobre todo un modo de conflicto.

El surgimiento de la violencia política
está estrechamente vinculado al desarrollo de
la propiedad
privada, y es sólo en el transcurso de la
consolidación histórica de ésta, que la
violencia se transforma en manifestación específica
de poder social. En otras palabras, posee una base material
concreta y no es una constante histórica, por lo tanto es
factible su desaparición en una fase superior del desarrollo
humano, cuando sea eliminado todo tipo de explotación
pues -como señalara Engels- "el poder, la violencia, no es
más que el medio, mientras que la ventaja económica
es el fin" (1).

Cuando la ventaja económica, la ganancia, deje de
ser la principal motivación
de la producción material, cuando el fin de la
actividad económica sea la satisfacción de las
necesidades del hombre, y no
el mero lucro, allí se crearán las condiciones
básicas para la extinción definitiva de la
violencia política.

La dimensión ideológica de la
violencia

Históricamente a través de diversos medios
de socialización -la estructura
educacional, los medios de
comunicación, entre otros-, la clase dominante ha ido
configurando un sistema de valores,
normas,
conceptos y categorías tendientes a justificar su dominio: su
preponderancia monopólica a regir los destinos de la
humanidad, sus instancias de organización y la vida de los individuos.
Medios entre los cuales la autentificación del uso de la
violencia en sus diferentes formas por parte del Estado, su
institucionalidad, sus fuerzas armadas y policiales, han sido una
constante.

Esta manipulación ideológica se ha
sostenido en tres ejes esenciales:

a) Ocultar la violencia estructural propiamente
tal.

b) Legitimar la represión
institucional.

c) Deslegitimar toda violencia
social contra el sistema.

La violencia es inherente a una estructura social
injusta, a un orden social basado en la explotación del
trabajo por el capital, en la
exclusión y marginación económica, social y
cultural de vastos sectores de la sociedad. De
hecho la violencia no se reduce únicamente a su
manifestación más ostensible, a su forma
represiva.

Esta última es sólo una vía que
permite mantener maniobrando y desarrollándose a la
violencia estructural en su conjunto, al capitalismo.
Es por ello que Marx y Engels
señalaron la existencia de un virtual estado de guerra entre
patrones y trabajadores (3), en otras palabras, criticaban la
influencia de la violencia económica y de cómo
ésta se reproduce a través de todo el sistema
consolidándose como violencia estructural.

Mas este modo de abordar el problema no es prerrogativa
exclusiva de los clásicos del Marxismo,
también -y básicamente a partir de la
encíclica Populorum Progressio- la Iglesia
Católica, en particular el Movimiento de
la Teología de la Liberación, manifestó sin
ambigüedad, que "la violencia originaria, raíz y
principio de todas las demás violencias sociales, es la
llamada violencia estructural, la injusticia de las estructuras
sociales, sancionada por un orden legal injusto y orden cultural
ideologizado, que como tales constituyen la
institucionalización de la injusticia" (4).

El ocultamiento de la violencia estructural requiere
imponer la idea de la libertad del
individuo, de la igualdad de
oportunidades, de los beneficios de un mercado abierto a
la libre competencia. El
esquema de valores imperantes reproduce sistemáticamente
la idea de que los pobres, los marginados, son tales sólo
debido a la mala suerte de haber nacido pobres o a su propia
impericia, a su falta de creatividad y
esfuerzos personales. Entonces la injusticia no es tal, pues las
naturales diferencias sociales no son más que el resultado
de las leyes de
funcionamiento del mercado, leyes, que según se argumenta,
no responden a los intereses de nadie en particular. Obviamente
entonces, al negarse la injusticia social, se está negando
también la violencia estructural.

Bajo este marco conceptual surgen las nociones de
violencia directa (represiva) y violencia indirecta
(estructural). Donde producto de la
manipulación y desinformación ideológica, se
tiende adscribir un carácter significativamente más
negativo a la violencia directa que a la indirecta; se condena el
destrozo de la propiedad pública y privada, un secuestro,
un atentado, pero no ocurre lo mismo con la miseria, la pobreza, la
carencia de vivienda o salud. O, dicho de otra
manera, se considera social y culturalmente peor, matar que dejar
morir. La clase en el poder juega con la sicología de las
personas, con sus emociones y decepciones, a fin de encauzar
cualquier signo de descontento, diluir y desviar la atención del impacto de cualquier violencia
estructural.

Junto con la legitimación ideológica y
política de la existencia y el recurso de las distintas
formas de coacción, se deslegitima todo intento de
organización popular de la violencia. A pesar que en los
discursos
oficialistas es frecuente la condena de la violencia "venga de
donde venga", en la práctica se busca neutralizar o
desarticular únicamente su desarrollo en la base, su forma
auto-defensiva u ofensiva, especialmente aquella que se puede
erigir como alternativa de lucha política, militar o
social.

En consecuencia, la naturaleza
clasista del proceso en
marcha instituye que la violencia ejercida por el sistema es
positiva y necesaria. Es decir, toda consideración
moral acerca
de la violencia política, tiene que ver con el sistema de
valores que éste estime necesario para lograr la
estabilidad del mismo. Por eso se critica el uso de la violencia
en política, en la misma medida que se crean organismos de
seguridad y de
lucha antisubversiva, y aumentan los presupuestos
de las fuerzas armadas y de orden. Así se ha ido
estableciendo una relación arbitraria entre democracia y
paz por un lado y cambio y
violencia por otro.

En este contexto ideológico es que surge una
inevitable interrogante: ¿Existe una forma ética de
ejercer la violencia? Está claro que de aceptarse el
sistema de valores imperantes, como el único referente
para medir lo positivo o lo negativo, lo bueno y lo malo del
recurso de la violencia, la conclusión será siempre
la misma: la violencia ejercida por la base social será
siempre reprobable. Sin embargo, si ponemos el punto del análisis en otro ámbito, sí
logramos trascender el límite de la moral
general y vaga para reconstruir desde el pueblo -los
verdaderamente afectados por ésta-, valores
morales y nociones éticas que expresen la necesidad
histórica del cambio social, y muy especialmente, que
desmitifique el uso de la violencia por parte de las masas,
ubicándola en su justo contexto como fenómeno
socio-político, el centro del problema cambia:

La violencia es moralmente válida y
políticamente viable, en la medida que se corresponde con
la dirección principal del movimiento
histórico, al cambio social necesario para erradicar
primero parcial y luego definitivamente la violencia estructural
creada por el sistema capitalista.

La forma ética de ejercer la violencia
está en ponerla al servicio de
las mayorías populares, al servicio del cambio social y de
la dignidad
humana.

La violencia militar

La violencia militar es una expresión particular
de la violencia política que se estructura en forma de
doctrina y se organiza como cuerpo armado.

Ninguna doctrina militar es neutral, más bien
condensa la idea militar estratégica de quien la ejerce.
En el caso específico de los países
latinoamericanos, por parte del poder imperante, aún
prevalece en la región la Doctrina de Seguridad Nacional,
que con la entrada en escena de las democracias protegidas ha
tendido en nuestros países hacia lo que hoy se conoce como
"seguridad ciudadana". La DSN en Chile como apreciación
básica de cualquier futura guerra, partió a fines
de los 70 manejando tres hipótesis de conflicto: en el sur con
Argentina, en el norte con Perú y Bolivia, y en
el frente interno, donde definitivamente se puso el mayor
énfasis.

Lógicamente, la definición de frente
interno conlleva la necesidad de organizar la represión
dentro de nuestras fronteras y la voluntad de neutralizar o
exterminar a un enemigo (el enemigo interno). Es decir, el
desarrollo de la violencia en términos específicos
y no genéricos como se expresaba en la idea de "todos
contra todos"; más bien la guerra de las FFAA como
instrumento político de la clase dominante contra el
pueblo como sucedió tan explícitamente durante la
dictadura. Sin
embargo, junto con el proceso de transformaciones que ha vivido
Chile luego del cambio pactado de un gobierno militar
a uno civil dentro del mismo sistema, esta visión
aún es compartida entre los diferentes actores
políticos involucrados en dicho pacto. Diferencias
más diferencias menos, en la lucha contra el enemigo
interno, "el terrorismo",
están comprometidos todos quienes participan del poder
(gobierno, oposición, FFAA, Iglesia). Entonces, no es
correcto incluso desde éste punto de vista, hacer una
división tan categórica y definitiva entre lo
político y lo militar, puesto que en la práctica
ambos se siguen conjugando a través del accionar del
Estado y de sus instrumentos armados y no armados.

La violencia militar adquiere
también diferentes formas, puede ser central o
periférica en un momento histórico determinado,
pero en lo fundamental, está siempre presente en forma de
una estrategia
militar para la obtención o la defensa del
poder

1.4 Violencia Socio-económica. Que es
reflejada en situaciones de pobreza y
marginalidad
de grandes grupos de la población: desempleo,
subempleo, informalidad; todo esto básicamente reflejado
en la falta o desigualdad de oportunidad de acceso a la educación y la
salud. Además está la violencia
"socio-económica o estructural", que constantemente
provoca violencia en quienes la padecen y la desahogan sobre las
personas vulnerables más cercanas, física y
emocionalmente, como las esposas e hijos. Esta violencia es
generada por el desempleo, el alto costo de la
manutención y la vivienda familiar; la angustia por la
creciente inseguridad,
agresión y temor de la delincuencia;
los insoportables niveles de ruido,
insalubridad y contaminación ecológica, etc.
Violencia socio-económica que es reforzada con las formas
burdas y sutíles de machismo, violencia y sexismo
frenético, que constantemente trasmiten los medios
audiovisuales. En una sociedad así, que genera y cohonesta
tanta violencia, ¿pueden sus miembros ser no violentos?
Ante ello, urge difundir programas
eficaces de cooperación entre el Estado y
sectores privados, que ataquen la violencia por todos los
flancos. Desde políticas
económicas que logren mejores condiciones de vida para las
familias costarricenses, hasta campañas inteligentes de
concientización en todos los centros de educación, iglesias y
demás entidades de bienestar social; y, sobre todo, a
través de los medios audiovisuales. Hay que utilizar
creativamente todos los medios para impedir la violencia,
especialmente contra las personas más
vulnerables.

1.5 Violencia Cultural. La existencia de un
Perú oficial y un Perú profundo (comunidades
nativas y campesinas), son distorsiones de los valores de
identidad
nacional y facilitan estilos de vida poco saludables.
Llegados aquí cabe preguntarse qué es lo que hace
que la pobreza se mantenga e incluso se acepte. Hay razones de
funcionalidad -sirve para mantener los sistemas sociales
en que se da- y estructurales -forma parte de la estructura de
poder que se autorreproduce-, pero también
ideológicas o culturales. De hecho, todas las sociedades
producen explicaciones de la existencia de la pobreza que guardan
relación directa con (o incluso forman parte de) las
diferentes formas que adopta la violencia cultural. 17

Es conocido que las religiones, en sus versiones
de "opio del pueblo" o de "teología de la sumisión"
que no las agotan, pueden convertirse en un mecanismo de
justificación de la existencia de la pobreza. Lo mismo
puede decirse de las ideologías
políticas.

El neoliberalismo
-que achaca la pobreza a la falta de interés
por parte de los pobres- y el marxismo -que reduce en
última instancia el fenómeno a la
explotación del hombre por el hombre y, por ende, al tema
de la propiedad privada- han sido dos ejemplos bien visibles,
aunque con alguna diferencia entre sí. El neoliberalismo
ha producido más pobreza, pero no la ha negado. Se ha
procurado, eso sí, invisibilizaria o trasformar a los
pobres en habitantes de campos de concentración, guetos o
zonas rodeadas por muros de hormigón.

El marxismo, en cambio, negó la existencia de
pobreza en los países del Este una vez suprimida la
propiedad privada. Como no podía haber pobreza, no la
había. En algunos casos, incluso la palabra pobreza
desapareció. Pero no los pobres.

En general, la violencia cultural se produce cuando se
obliga a las personas a que o no vean el problema o a que
dispongan de explicaciones para el mismo pero mantengan la
situación. La relativa ausencia de discusión de
estos asuntos, por un lado, y su tratamiento habitual cuando
llegan a los medios de
comunicación, por otro, son ejemplos de violencia
cultural. Piénsese, si no, en la forma con que, con
frecuencia, se trata la pobreza en la prensa (sobre
todo cuando, de hecho, consiguen achacar toda la culpa al pobre
mismo) y se tendrá una idea de lo que se quiere
decir.

Amenaza para la paz

Los retos para la paz en los próximos
años, mientras el conflicto Norte-Sur sea el dominante,
tienen diversas fuentes, pero
una de ellas es la pobreza como catalizadora o como sustentadora
de conflictos
armados. La correlación entre régimen no
democrático y belicosidad es, a pesar de fundamentarse en
la "paz perpetua" kantiana, una correlación espuria: es la
pobreza de las naciones la que explica, simultáneamente,
la ausencia de instituciones democráticas y la
propensión a iniciar una agresión
bélica.

Los procesos de
polarización social que acompañan al naufragio del
desarrollo tienen salidas bien conocidas. Una es negarlos,
haciendo creer a la gente, recurriendo a la violencia cultural,
que todos formamos un sólo grupo sin
distinciones. Eso, en otras palabras, se llama nacionalismo y
su difusión tiene que ver, entre otros factores, con la
extensión de la pobreza: el nacionalismo consigue negar
que haya ganadores y perdedores en el sistema social ya que todos
"somos una nación". Otra salida ante la
polarización es la de anunciar su supresión en un
futuro glorioso en el que todos, ganadores y perdedores, nos
encontraremos como hermanos. La diferencia entre este milenarismo
y el nacionalismo es su perspectiva de futuro: el primero se
proyecta hacia un futuro lejano pero brillante, mientras el
segundo tiene como modelo un pasado normalmente
tergiversado.

Existe también la posibilidad de superar la
descomposición social que significa el empobrecimiento y
su correlativo enriquecimiento mediante un chivo expiatorio que,
ajeno al grupo, permita proyectar sobre él frustraciones y
agresividades. El racismo es una de
sus manifestaciones.

Todos estos mecanismos de defensa tienen en común
su carácter potencialmente violento, sobre todo en la
medida en que se presentan combinados como en el caso del
nazismo
nacionalista, milenarista y xenófobo (no sólo
antisemita). Una vez que se han puesto en movimiento, es posible
investigar sobre los medios para detener la violencia que
generan, y para hacer la paz y mantenerla. Pero investigar para
la paz es también investigar sobre las raíces de la
violencia. Y la pobreza es una de ellas. Construir la paz es
también reducir la pobreza.

1.6 Violencia Delincuencial. Robo, estafa,
narcotráfico, es decir, conductas que
asumen medios ilegítimos para alcanzar bienes
materiales.
Toda forma de conducta
individual u organizada que rompe las reglas sociales
establecidas para vivir en grupo. establecido no ayuda a resolver
los problemas. Todos sueñan con el modelo que les vende la
sociedad, el éxito
fácil. Pero ser un profesional idóneo o un
técnico calificado requiere de esfuerzo y
preparación. Requiere desarrollar recursos internos
y metas. Los jóvenes de nuestro país tienen
oportunidades de orientación y canalización de sus
frustraciones y en esto dependen de sus familias, la escuela y las
instituciones; la responsabilidad es de todos. Es decir, las
expresiones de violencia sin futuro y sin horizontes pueden
cambiar.

En la actual situación de violencia
delincuencial, en Peru, lo
relevante no es el incremento de las tasas sino el aumento de la
letalidad de las agresiones. Lo cual se expresa en el aumento de
los homicidios y
de los robos a mano armada. Tal reforzamiento del contenido
violento de la delincuencia se produce en un contexto en el cual
el Estado muestra su mayor ineficiencia; tanto en lo atinente al
aparato policial (incapacidad para atender las denuncias,
procesarlas y capturar a los delincuentes), como al sistema
judicial (lentitud y negligencia en la imposición de las
penas).

La impunidad
propicia que la sociedad se llene de miedo y que la percepción
del peligro condicione la vida cotidiana. El estado
anímico provocado conduce a la privatización e informalización de
la protección, a través de la utilización de
diferentes estrategias,
entre las cuales destacan el cierre de los espacios residenciales
– amurallamiento –, la contratación de
vigilantes y, en el caso extremo, la afiliación a organizaciones
ilegales que ofrecen seguridad de personas y bienes.

Estas modalidades de protección no pueden ser
estudiadas dentro de la concepción clásica del
control social; porque no están referidas a una
política que toma la prevención en función
del ejercicio de un control socializador, en el cual el individuo
desviado es considerado como el objetivo principal de la
intervención. Más bien, se refieren a la
expectativa de la disminución del riesgo de que
situaciones relacionadas con la violencia delincuencial afecten
la vida privada.

Al respecto, en el artículo se exponen tres
enfoques que podrían facilitar la explicación del
fenómeno y se ofrecen los resultados de una investigación relacionada con estas nuevas
formas de control social.

Palabras-clave: control social, violencia,
informalización, privatización del control
social.

II.
TIPOS DE MALTRATO.

La violencia existe, esto es una verdad innegable, el
ser humano tiene dentro de sí el impulso que lo lleva a
desear el poder y el control de su medio ambiente
social y natural. Cuando ambas tendencias se conjugan el hombre y
la mujer actuan
imponiendo la ley del mas
fuerte. Esto nos ha llevado al exterminio de animales,
plantas, medio
ambientes y civilizaciones humanas completas.

Sin embargo cuando es capaz de sublimar estos impulsos,
los logros son espectaculares, la violencia se torna en un
impulso creador capaz de inventarlo todo, y el deseo de poder y
control en una capacidad de inventiva que nos llevara a las
estrellas.

Dentro del nucleo familiar, base de la sociedad, se dan
estos mismos fenomenos en torno a las
relaciones
interpersonales, tanto entre los diferentes estratos de
edades como entre los sexuales, dependientes de la familia de
origen, etc. Una de las tareas fundamentales de la familia es la
educación y crianza de los hijos. La forma en la que se ha
dado esta educación y en la que se aplica la disciplina ha
variado enormemente a lo largo de la historia humana, no es
dificil imaginar al hombre prehistorico golpeando o mordiendo a
su hijo, tal y como lo hace el lobo con su cría cuando le
enseña una lección.

Conforme evoluciona la civilización, la
conceptualización de la disciplina y la educación
se mueven con ella, los ejemplos son extremos, en la antigua
Roma, cuna de las
leyes y de la civilización occidental se consideraba a los
niños propiedad absoluta de los padres pudiendo estos
disponer incluso de sus vidas; contrastemos esto con la actual
legislación Sueca donde el golpear a un niño
conlleva consecuencias júridicas. Desde luego en ambos
ejemplos y en todas las sociedades la manera de aplicar la
disciplina varia de familia en familia, e incluso entre padre y
madre.

Definamos pues el maltrato, físico primero,
emocional despues y finalmente la disciplina.

La caracterisitica fundamental del maltrato fisico es el
uso de la violencia, propositiva, repetitiva y cuya finalidad es
causar dolor, generalmente producida como consecuencia de una
conducta negativa, real o imaginaria, que ha cometido un
niño, y que tiene como finalidad ultima la
modificación de la conducta que el adulto considera nociva
y perjudicial, ya sea poara el niño, el adulto o la
sociedad.

El maltrato emocional es mas sutil, pero no menos
doloroso, su caracteristica principal es provocar malestar
(dolor) emocional, existen dos modalidades fundamentales, la
activa, que humilla y degrada al niño produciendole
sentimientos de desesperanza, inseguridad, y pobre autoestima,
esta se manifiesta por insultos o apodos desagradables,
nuevamente en la mayoría de los casos la finalidad
manifiesta es "motivar" al niño a que modifique una
conducta indeseable.

La segunda modalidad es la pasiva, es el desamor, la
indiferencia el desinteres por el niño, esta, aún
que poco reconocida como maltrato, puede, en los primeros dias de
vida provocar hasta la muerte por una patología llamada
depresión analítica.

La disciplina se conceptualizara como las reglas y
normas, asi como las consecuencias que tendra la violación
de estas, estas varian de familia en familia y en lo general
estan impuestas por la sociedad en donde esta inserta esta
familia, el fin ultimo de la disciplina es formar seres humanos
adaptados, funcionales y felices, capaces de enfrentarse con
éxito a la vida y a la sociedad que le rodea; este fin es
evidentemente incompatible con el maltrato físico y
emocional, por lo tanto podemos concluir que la disciplina es
incompatible con el maltrato.

2.1 Maltrato Físico.

Se ejerce mediante la fuerza
física en forma de golpes, empujones, patadas y lesiones
provocadas con diversos objetos o armas. Puede ser cotidiana o
cíclica, en la que se combinan momentos de violencia
física con periodos de tranquilidad. En ocasiones suele
terminar en suicidio u
homicidio. El
maltrato físico se detecta por la presencia de
magulladuras, heridas, quemaduras, moratones, fracturas,
dislocaciones, cortes, pinchazos, lesiones internas, asfixia o
ahogamientos.

1. Lesiones físicas graves: fracturas de huesos,
hemorragias, lesiones internas, quemaduras, envenenamiento,
hematomas subdurales, etc.

2. Lesiones físicas menores o sin lesiones: No
requieren atención médica y no ponen en peligro la
salud física del menor.

2.2 Maltrato Emocional.

Los factores que influyen en el abuso psicológico
son muy variados: emocionales, económicos, sociales, etc.
La mujer se ve dominada por el varón, quien la humilla en
la intimidad y públicamente, limita su libertad de
movimiento y la disposición de los bienes comunes. Resulta
complicado detectar este tipo de abuso, aunque se evidencia a
largo plazo en las secuelas psicológicas. En este caso la
violencia se ejerce mediante insultos, vejaciones, crueldad
mental, gritos, desprecio, intolerancia, humillación en
público, castigos o amenazas de abandono. Conduce
sistemáticamente a la depresión y, en ocasiones, al
suicidio.

La gravedad de estos abusos varía en virtud del
grado de violencia ejercida sobre la mujer y normalmente se
combinan varios tipos de abuso, ya que dentro del maltrato
físico siempre hay un maltrato psicológico.
Según indica la psicóloga Alejandra Favieres, del
Servicio de Atención a la Mujer en Crisis, de los
Servicios
Sociales de la Mancomunidad de los Pinares, en Madrid, el
maltrato psicológico es mucho peor que el maltrato
físico.

"Evidentemente, el maltrato físico severo puede
dejar secuelas muy graves, como rotura de bazo o pérdida
de audición, pero las secuelas psicológicas son las
que más perduran. Es difícil que la mujer
identifique el maltrato psicológico cuando éste es
muy sutil", explica Favieres.

1. Rechazar: Implica conductas de abandono. Los padres
rechazan las expresiones espontáneas del niño, sus
gestos de cariño; desaprueban sus iniciativas y no lo
incluyen en las actividades familiares.

2. Aterrorizar: Amenazar al niño con un castigo
extremo o con un siniestro, creando en él una
sensación de constante amenaza.

3. Ignorar: Se refiere a la falta de disponibilidad de
los padres para con el niño. El padre está
preocupado por sí mismo y es incapaz de responder a las
conductas del niño.

4. Aislar al menor: Privar al niño de las
oportunidades para establecer relaciones sociales.

5. Someter al niño a un medio donde prevalece la
corrupción: Impedir la normal integración del niño, reforzando
pautas de conductas antisociales.

2.3 Maltrato por Negligencia.

Este maltrato supone la no atención de las
necesidades básicas del niño,como podría
ser: alimentación, higiene,
seguridad física, aprendizaje del
lenguaje y
desarrollo de la locomoción, entre otros.

Se priva al niño de los cuidados básicos,
aún teniendo los medios económicos; se posterga o
descuida la atención de la salud, educación,
alimentación, protección, etc. Es privar a los
niños o niñas de los elementos básicos
necesarios para garantizar su desarrollo armónico e
integral: es decir, de alimentación, educación,
salud, cuidado, afecto, entre otros.

Factores de Riesgo :

Del niño o de la niña: De la familia o de
sus miembros:

Niños o niñas con enfermedades
crónicas.

Discapacitados física o mentalmente.

Niños o niñas pasivos, hiperactivos o
rebeldes.

Sexo del niño, que no satisface las expectativas
de los padres. Bajo nivel educativo de los padres.

Pobreza o miseria.

Familias monoparentales o madres soltera Elevado
número de personas por hogar.

Desconocimiento de los servicios sociales del
Estado.

Embarazo no deseado.

Situaciones conflictivas de la pareja

Enfermedad mental, adicciones o
situaciones depresivas.

Débiles lazos afectivos entre los padres o
responsables del niño (a).

Pautas de crianza inadecuadas.

 Sociales:

Patrones culturales que subvaloran al
niño.

Ausencia de redes sociales de apoyo.

Desempleo, inestabilidad laboral o
económica

Descuido deliberado en el período de
gestación, por parte de la madre o demás miembros
de la familia.

Exclusión forzada del niño (a),
dejándolo en instituciones públicas o en la
calle.

Salida del hogar, parcial o definitiva, de los
responsables del niño(a) dejándolo
desprotegido.

No participación de la familia en las redes de
solidaridad
vecinal, veredal o barrial.

Lazos vecinales y comunitarios, débiles o
conflictivos

Pobreza y desempleo generalizados.

Descomposición social.

MendicidadTolerancia de la comunidad frente
al maltrato.

III. MALTRATADORES.

Socialmente no hay un prototipo de maltratador; puede
ser de clase alta o baja, con estudios o sin ellos, joven o
viejo. «Es un perfil plano», dice Bonino, que trata a
unos 50 de estos hombres al año. Su conducta no tiene por
qué estar ligada al consumo de
alcohol o
drogas -en el
80% de los caso no lo está- y tampoco a desviaciones
psíquicas.

En contra de lo que pueda parecer, la mayor parte de los
agresores no son enfermos mentales. Según Enrique
Echeburúa, catedrático de Psicología
Clínica de la Universidad del
País Vasco y pionero en España en
la aplicación de terapias a hombres maltratadores,
«el 20% de ellos sí presenta un trastorno mental
alcoholismo,
esquizofrenia
paranoide, trastorno delirante…-. Pero el 80% son
‘normales’; no existe un trastorno grave, aunque
sí presentan alteraciones de la
personalidad y cognitivas, como un machismo extremo o la
justificación del uso de la violencia para resolver
problemas».

«Lo único que tienen en común es que
son hombres y que tienen muy interiorizada la idea de que la
mujer está a su disponibilidad», afirma Bonino.
Según asimilen más o menos esta idea se
convertirán en un tipo diferente de agresor: asesinos,
violentos físicos o psicológicos,
controladores… En ocasiones los hombres con mayor status
social y cultural recurren a formas más sutiles de
violencia, como la psicológica, mientras que los que
tienen un nivel cultural menor optan directamente por los
golpes.

La mayoría no son agresivos de forma habitual.
Ejercen su violencia de forma selectiva, sólo con su
mujer. Por eso es tan difícil reconocerlos. Además,
desarrollan una especie de doble personalidad
«hacen lo que corresponde hacer a un hombre cuando
están en público: tratar bien a su mujer; pero son
unos tiranos en privado», según Bonino. «Esta
doble fachada es más acusada en los maltratadores que
ejercen violencia física».

IV. VIOLENCIA SEXUAL, UN ASUNTO DE DERECHOS
HUMANOS.

La violencia constituye un elemento cotidiano en la vida
de miles de niños y niñas en el Perú, siendo
la violación y el abuso sexual
que se cometen contra este vulnerable sector de la
población, una de sus manifestaciones más
dramáticas y extremas. La violación y el abuso
sexual afectan una pluralidad de derechos humanos
fundamentales tales como la libertad sexual, la integridad
corporal y mental, la salud integral, la vida en su
dimensión más amplia, comprometiendo el futuro de
las víctimas.

Los derechos vulnerados con las agresiones sexuales han
sido constitucionalizados a nivel mundial, como muestra de su
trascendencia. No obstante que tales agresiones involucran un
problema de derechos humanos, coexisten al respecto diversas
percepciones sociales, muchas de las cuales lo asumen como de
segundo orden, silenciándolo, desconsiderándolo
políticamente y tolerándolo; de modo que la
mayoría de violaciones se mantienen en la
impunidad.

Asimismo, los distintos sectores sociales en el
Perú, al abordar el problema de los derechos humanos, no
conceptualizan las agresiones sexuales como un problema que
afecte profundamente tales derechos sino, más bien, como
un asunto de naturaleza puramente sexual. Se diferencian
así de la comunidad internacional, para lo cual la
violencia contra la mujer es tema de la agenda pública y
constituye un problema global que afecta los derechos humanos, y
es un obstáculo para el desarrollo.

Son múltiples los factores que contribuyen a
producir y perpetuar la violencia, siendo fundamental, a nuestro
juicio, la socialización, que forma individuos con roles
diferenciados y asimétricos, y coloca a la vez en
posiciones de subordinación a las mujeres y de
dominación a los varones, adjudicándoles valores
distintos.

Al respecto, David Finkelhor sostiene que la
victimización sexual probablemente es tan común en
nuestras sociedades debido al grado de supremacía
masculina existente. Es una manera en que los hombres, el grupo
de calidad
dominante, ejercen control sobre las mujeres. Para mantener este
control, los hombres necesitan un vehículo por medio del
cual la mujer pueda ser castigada, puesta en orden y socializada
dentro de una categoría subordinada. La
victimización sexual y su amenaza son útiles para
mantener intimidada a la mujer. Inevitablemente, el proceso
comienza en la infancia con la victimización de la
niña.

Factor importante que actúa en la reproducción social de este fenómeno
es también el derecho legitimado que los padres y tutores
tiene de utilizar la violencia física y emocional o sexual
como medio eficaz de control y socialización. Se produce
así una internalización y aprendizaje de estas
conductas, las cuales se repetirán más adelante,
garantizándose su permanencia. Otro elemento, no menos
significativo, es la violencia ofensiva o sutilmente transmitida
por los medios de comunicación, que difunden imágenes y
mensajes cargados de sexo, discriminación y muerte, invadiendo y
agobiando permanentemente a personas de todos los sectores
sociales.

4.1 Dimensiones de la violencia sexual contra
niños y niñas.

Las características de las agresiones sexuales
perpetradas contra los niños hacen prácticamente
imposible aproximarnos siquiera a su verdadera magnitud. De otro
lado, no existen investigaciones
científicas oficiales que permitan un diagnóstico veraz; tampoco existen registros
rigurosos, elaborados con criterios homogéneos que
proporcionen información cuantitativa
adecuada.

Asimismo, los mitos y prejuicios sociales, los
obstáculos que se presentan en la
administración de justicia
contra quienes deciden denunciar la legislación
inapropiada que no recoge las distintas modalidades de
agresión sexual, sin otros tantos factores que impiden
acercarnos a una dimensión más realista de este
fenómeno social.

Los casos registrados, que corresponden sólo a
algunos denunciados, significarían apenas la punta del
iceberg, sobretodo en cuanto se refiere a violaciones, incestos y
todo tipo de agresiones sexuales contra niñas y
niños, ya que por investigaciones no oficiales sabemos que
la mayoría de violaciones no se pone en conocimiento
de las autoridades, formando parte en gran medida de la
criminalidad oculta.

4.2 Consecuencias de la violación y el abuso
sexual.

En cuanto a las consecuencias, estudios realizados a
nivel internacional concluyen que las agresiones sexuales
perpetradas contra un niño impactan gravemente su mundo
interno, destructivos en la vida de la niña o niño.
Dichos estudios sostienen que estas agresiones producen en la
víctima serios trastornos sexuales, depresiones profundas,
problemas interpersonales y traumas que pueden ser permanentes e
irreversibles, incluso en algunos casos pueden ocasionar la
muerte por traumatismo o suicidio, efectos que requieren
intervención profesional inmediata.

Al respecto, el Dr. David Finkelhor, del Programa para el
Estudio de la Violencia
Familiar de la Universidad de New Hampshire, en una
investigación realizada en 1980 con una muestra de 796
estudiantes de colegio, encontró problemas de sexualidad y
bajos niveles de autoestima en aquellos participantes que
habían sido victimizados sexualmente durante su
niñez.

El Dr. Nahman Greenberg, psiquiatra e investigador de la
Escuela de Medicina de
Illinois y Director de la Unidad de Servicios por Abuso a
Niños (CAUSES), en su escrito "La epidemiología del
abuso sexual" (1979) plantea la existencia de un alto riesgo de
trauma mental para las niñas y los niños que han
sido envueltos por adultos en actividades sexuales.

En la práctica clínica con jóvenes
y adultos (as) que han sido abusados sexualmente durante su
niñez, se han encontrado:

1) Dosis internas de emociones, como desesperanza,
minusvalía, vergüenza, culpa e ira,
acompañadas de inhabilidad casi total para manejarlas. La
víctima siente terror al identificarla y en algunos casos
invierte dosis inmensas de energía en reprimirlas. En el
caso de ira, si ésta se expresa, los varones tienden a
dirigirla hacia fuera, siendo agresivos con otras personas,
mientras que las mujeres tienden a dirigirla hacia ellas mismas,
envolviéndose frecuentemente en comportamientos
autodestructivos, mutilándose con cortaduras, quemaduras o
golpes y realizando intentos de suicidio.

2) Una gran dificultad para confiar. La misma entorpece
grandemente el proceso de terapia.

3) Poca habilidad para establecer relaciones con
pares.

4) Desbalance en las relaciones que se establece, en las
que tiende a ocupar una posición inferior. Es común
que la mujer abusada sexualmente en su niñez se convierta
en esposa maltratada.

V. VIOLENCIA FAMILIAR, MECANISMOS LEGALES DE
PROTECCIÓN.

La conveniencia de regular jurídicamente la
violencia familiar se fundamenta en la necesidad de encontrar
mecanismos para proteger los derechos fundamentales de los
integrantes del grupo familiar frente a los cotidianos maltratos,
insultos, humillaciones y agresiones sexuales que se producen en
el ámbito de las relaciones familiares.

Si bien es cierto que las manifestaciones de violencia
familiar no se producen exclusivamente contra las mujeres, son
éstas -a los largo de su ciclo vital- las afectadas con
mayor frecuencia. De este modo, la casa constituye un espacio de
alto riesgo para la integridad de mujeres y niños,
derivándose de ahí precisamente la
denominación de violencia doméstica o
familiar.

La violencia en la familia no es igual a la que se
presenta en la calle ni entre personas desconocidas. Ocurre en
donde debería ser el lugar más seguro: nuestra
propia casa. Esta violencia se ha convertido en un problema
social.

La violencia familiar sucede cuando alguno de sus
integrantes abusa de su autoridad, su
fuerza o su poder. Maltrata a las personas más cercanas:
esposa, esposo, hijos, hijas, padres, madres, ancianos, u otras
personas que formen parte de la familia. Es una forma de
cobardía.

Esta violencia se manifiesta en diferentes grados que
pueden ir desde coscorrones, pellizcos, gritos, golpes,
humillaciones, burlas, castigos y silencios, hasta abusos
sexuales, violaciones, privación de la libertad y, en los
casos más extremos, lesiones mortales.

El maltrato se puede presentar entre los distintos
integrantes de la familia, y en ningún caso se justifica.
La violencia más común es contra las mujeres, los
menores, los ancianos y las personas con alguna discapacidad. El
que una persona dependa económica, moral y emocionalmente
de otra en ocasiones facilita que esta última abuse de su
autoridad.

"El del dinero soy yo
y te callas"

"Como soy muy macho, tengo derecho a decir y hacer lo
que quiero"

"Es la última vez que lo tolero, porque la
próxima no respondo de mí"

"La única manera como tú entiendes es a
golpes".

5.1 Manifestaciones más frecuentes de violencia
intrafamiliar.

1. El maltrato físico. Su explicación es
obvia; se refiere a todas aquellas acciones
violentas que dañan la integridad física de las
personas. Por lo general, es un maltrato visible. Puede afirmarse
que fue el tipo de maltrato que propició todo este proceso
de búsqueda de respuestas legales, por tratarse de la
agresión más evidente.

2. El maltrato psicológico. Que se refiere a toda
aquella palabra, gesto o hecho que tienen por objeto humillar,
devaluar, avergonzar y/o dañar la dignidad de cualquier
persona. Esta es una manifestación de violencia mucho
más difícil de demostrar, sobretodo en los casos en
que se produce en el interior de un grupo familiar.

3. La violencia sexual. Que es toda manifestación
de abuso de poder en la esfera de la vida sexual de las personas,
pudiendo ser calificada o no como delito. Decimos
esto porque, actualmente, algunas manifestaciones de violencia
sexual son ignoradas por nuestra legislación penal. Pueden
ir desde imposiciones al nudismo hasta la penetración anal
o vaginal. Estos últimos supuestos son considerados por
nuestra ley como delitos de
violación.

5.2 Contra la Violencia Familiar.

A fines de 1993 se promulgó la Ley 26260 que
establece la política de Estado y de la sociedad frente a
la violencia familiar. Esta ley constituye un recurso
complementario al Código
de los Niños y Adolescentes
porque reconoce como actos de violencia familiar los de maltrato
físico y psicológico entre cónyuges,
convivientes o personas que hayan procreado hijos en
común, aunque no convivan, y de padres o tutores a menores
de edad bajo su responsabilidad.

Hasta ahora, la Ley 26260 ha sido difundida
básicamente como una ley de protección a las
mujeres frente a la violencia familiar. Sin embargo, sus alcances
protegen a estos dos grupos humanos que mayoritariamente son
afectados por estas manifestaciones de violencia: a las mujeres y
a las niñas y niños.

En este sentido, constituye un recurso que creemos puede
ser utilizado y redimensionado para proteger a los niños y
niñas frente al maltrato en la familia. Esta norma tiene
como objetivo fundamental comprometer al Estado en la
erradicación de la violencia familiar. Está
destinada a prevenir y proteger a las personas que son
víctimas de violencia en el ámbito de sus
relaciones familiares. Su importancia radica en plantear medidas
en diversos niveles, siendo la más urgentes de
atención:

1. Las acciones educativo-preventivas: Tienen como
objetivo fortalecer la formación escolar y extraescolar en
la enseñanza de valores éticos y
humanos, de relaciones
humanas igualitarias para, precisamente, prevenir que se
sigan reproduciendo las relaciones de jerarquía que ubican
a unas personas en desventaja frente a otras, y que constituyen
causa importante de la violencia en el interior de la
familia.

2. Las acciones organizativas: La Ley 26260 se plantea
entre sus objetivos
promover la participación de la comunidad en la
prevención y denuncia de maltratos producidos dentro de la
familia. La idea es que la organización comunal pueda
participar en el control y seguimiento de las medidas que los
jueces adopten frente a casos de violencia familiar.

3. Instalación de servicios: Esta Ley ofrece la
posibilidad de instalar servicios especializados. En ellos se
ubican las delegaciones policiales para menores, las delegaciones
para mujeres, e igualmente plantea reforzar las delegaciones
policiales que existen con personal
especializado para atender problemas de violencia familiar. Del
mismo modo, plantea la necesidad de crear hogares temporales de
refugio para víctimas de violencia a nivel de los
gobiernos locales. Un aspecto importante que ofrece esta Ley, y
que antes no había sido considerado en ninguna otra norma,
es que se puedan diseñar programas de tratamiento a los
agresores para evitar, precisamente, que el maltrato
continúe y se multiplique.

4. Acciones de capacitación: Dirigidas a los agentes de
las instituciones que constituyen uno de los componentes del
sistema jurídico: policías, jueces y
fiscales.

5. Acciones legales: Esta Ley ofrece mecanismos de
carácter sumarísimo. Esto significa celeridad,
inmediatez, es decir, un contacto directo de la autoridad con la
víctima. Es un procedimiento, en
principio, que no debería ser obstaculizado por
ningún tipo de formalismos. Lamentablemente, la
legislación se enfrenta en este aspecto con el componente
cultural señalado originalmente. Porque nuestros jueces,
en general, no han estado acostumbrados a aplicarse este tipo de
legislación.

LA VIOLENCIA FAMILIAR EN EL
PERÚ

"Según la ley sobre la política del Estado
Peruano, constituyen manifestaciones de violencia familiar los
actos de maltrato físico y psicológico, entre
cónyuges, convivientes o personas que hayan procreado
hijos en común, aunque no convivan y, de padres o tutores
a menores bajo su responsabilidad".

La violencia familiar, como agresión
física y psicológica lleva
implícita   una elaboración dentro de una
estructura de poder que se refleja en las relaciones
interpersonales de los miembros; es una práctica
consciente, orientada, elaborada, aprendida y legitimada por
quienes se sienten con más poder que otras, con mas
derechos que otros de intimidar y controlar. En suma, es un
patrón aprendido de generación en
generación.

  Toda violencia familiar constituye
violación a los Derechos humanos y libertades individuales
y colectivos y por consiguiente un obstáculo para el
desarrollo de sus integrantes y del grupo familiar.

  Existen 2 niveles desde los cuales se configura
la violencia familiar: Producida desde espacios externos a la
familia y a partir del espacio interior de los mismos.
1º En el Perú, la violencia familiar desde espacios
externos se explica desde su herencia colonial
e histórica irresuelta, que se viene arrastrando pese a
que la sociedad ha cambiado enormemente. "Es sobre este piso
sobre el cual tenemos que leer la dramaticidad del problema de la
violencia, la omnipresencia de la violencia en el
Perú."
Nuestra sociedad peruana está estructurada sobre violencia
que la historia ha registrado constantemente, por ejemplo: La
violencia política creada por el Estado (ejército)
de una parte y los grupos alzados en armas por otro que dejaron
no apenas poblaciones enteras en riesgo de seguridad, agudizando
la situación de pobreza, dado que los costos sociales
que generaron todavía son, en pleno 2000, difícil
de superar.  

De manera que la violencia familiar desde espacios
esternos, se vincula de lo micro social (vida cotidiana) con el
terreno de lo macro (violencia estructural); cumpliendo la
familia un rol protagónico como núcleo productor de
la violencia interviniendo en la gestación, reforzamiento
y acumulación de formas diversificadas de ésta.
No se puede decir sin embargo, que la violencia familiar se
origina exclusivamente en la familia o únicamente en la
sociedad, sino que es un proceso de mutua generación e
interrelación.

2º La violencia familiar que se desarrolla en el
espacio interior de la familia, comprende una dinámica de 3 etapas,
constituyéndose en un círculo vicioso:
a) Se va creando tensiones entre víctima y victimario.
Empieza por el abuso psicológico; en la medida que los
insultos o los desprecios van creciendo, luego viene la
explosión de rabia y la víctima es golpeada. La
primera fase es un abuso psicológico que termina en una
explosión de abuso físico:

Heridas y golpes.
b) El periodo de reconciliación, el agresor(a)
pedirá perdón. Se disculpa, hace todo lo que puede
para convencerlo, le dirá que le ama verdaderamente, etc.
Esta conducta "cariñosa" completa la
victimización.

c) Etapa de ambivalencia. La víctima no sabe
qué hacer, se dice a sí mismo: "Sí, me
golpeo, pero por otra parte es cariñoso… pasa el
tiempo y da la
vuelta a la primera fase; completando la figura del
círculo.

En nuestro país, la población infantil y
del adulto mayor, aún es víctima frecuente de
violencia por no ser considerados como protagonistas activos de la
vida familiar.

Los adolescentes en el Perú también son
víctimas de violencia entre otras causas, porque esta
etapa todavía es difícil de afrontar por la familia
y por la misma naturaleza de ésta.
Para tener idea de las causas principales de la violencia
familiar en el Perú son:

  • Raíces culturales e
    históricas.
  • Medios de comunicación.
  • Consumo de drogas.
  • Incompatibilidad de caracteres.
  • Ausencia de comunicación asertiva y precarias
    relaciones humanas.
  • "Instancias como los cuarteles de servicio militar en
    el Perú"
  • Dependencia económica de la víctima,
    etc.

No es apenas la mujer, los niños los adolescentes
y del adulto mayor víctimas de violencia, también
lo son, en buena medida, los varones que por factores ampliamente
conocidas (estructura patriarcal) no se dan a conocer, asimismo
no existen estudios que den cuenta de la dimensión de la
misma.
"Frecuentemente, la política
social en el Perú toma una postura de LAISSEZ FAIRE,
en relación con las organizaciones sociales preexistentes.
Esto es visible especialmente en ámbitos tales como la
familia y la comunidad local, donde el Estado se contenta la
mayor parte de veces con dejar que cada una de estas instancias
cuide de los suyos"
Así que las reinterpretaciones, desde la cotidianeidad de
los beneficiarios no necesariamente son tomadas en cuenta en el
proceso de definición de las Políticas
Sociales.
"Frente a las manifestaciones de violencia, la respuesta que
ofrece nuestro sistema legal resulta bastante limitado. A lo
largo de nuestra historia legislativa, la reacción estatal
a este problema se ha focalizado en el agravamiento de pena para
el agresor."
No obstante, de la década de los 90s para adelante se
vienen realizando esfuerzos importantes de parte de parte del
Estado y de la sociedad civil
por enfrentar el problema de la violencia familiar.

El Estado peruano ha reconocido expresamente lo
alarmante, grave y perjudicial de este problema y se ha
pronunciado ya en el ámbito interno, con el
establecimiento de políticas públicas a
través de la Ley 26260 publicada el 24 de Diciembre de
1993.
De acuerdo al Texto Unico
Ordenado de la Ley 26260, Ley de protección frente a la
violencia familiar, Artículo tercero: Es política
permanente del Estado peruano la lucha contra toda forma de
violencia familiar, debiéndose desarrollarse con este
propósito acciones orientadas a encaminar al
fortalecimiento de las instituciones como:
El Ministerio de la Mujer y del Desarrollo Humano (PROMUDEH),
ente rector del sistema de atención integral al
niño y al adolescente, la mujer, el adulto mayor y sus
respectivas secretarías, es la encargada de elaborar,
coordinar y ejecutar las políticas y hacer el seguimiento
de programas y proyectos que
aseguren un adecuado desarrollo psicosocial de las
víctimas de violencia familiar.  Realiza una labor
constante dirigida a lograr la más amplia difusión
de la legislación sobre la violencia familiar, a
través de:

  • Centro de emergencia de atención a la
    mujer.
  • Implementación de módulos de
    capacitación a distancia.
  • Implementación del plan piloto de
    conciliación extrajudicial (que entra en
    vigencia desde Enero del 2001).
  • Creación de casas de refugio para
    víctimas de violencia.

Sólo entre los meses de marzo 1999 y enero 2000
en el Módulo de Emergencia Mujer (PROMUDEH) fueron
atendidos en Lima 9,200 casos de violencia familiar.
Según estudios realizados recientemente por el PROMUDEH,
el 46% de los hogares a nivel nacional (Perú) son
violentados y el 28% de los mismos son mantenidos por mujeres.
Asimismo acuden diariamente a denunciar de 200 a 250 mujeres
maltratadas, dejando abierto el consiguiente maltrato a los
niños, adolescentes y adultos mayores como parte del
círculo vicioso.

Las Defensorias Municipales del Niño y
Adolescente, se crean en setiembre de 1993 y en concordancia con
la ley de municipalidades que faculta la instalación de
DEMUNAs.
Las DEMUNAs son servicios que formando parte de un Sistema
Nacional de Protección a la infancia, desde los gobiernos
locales promueven y protegen los derechos de los niños y
adolescentes. El artículo 30 de la ley de
protección frente a la violencia familiar, establece que:
Las DEMUNAs debidamente autorizadas podrán, en ejercicio
de sus atribuciones, realizar audiencias de conciliación
destinadas a resolver conflictos originados por la Violencia
Familiar.
En el ámbito nacional en 1997, atendieron 68,091 casos que
afectan a 79,873 niños y adolescentes.
Encontrándose en cuanto a materias conciliables al
cumplimiento de obligaciones
de alimentos
(37%) seguido de casos de régimen de visitas y tenencias
(10%) y sólo el (0.6%) lo referido a los casos de
violencia familiar (Boletín Nro 1 CODEMUNA, Puno-Peru
1998, 26).
Hasta "2004" funcionaron a nivel nacional 128 DEMUNAs en
Municipios Provinciales y 300 DEMUNAs en Municipios Distritales,
en las zonas de mayor concentración poblacional.
Más de 100 mil casos atendieron DEMUNAs en 2005 con las
conciliaciones. Las Estadísticas señalan que el 40% de
los casos son de denuncias por alimentos y maltrato, los casos de
violencia familiar alcansan el 20% y el de los niñ@s no
reconocidos llega al 12% (Boletín Informativo 2000). 
"55 de cada 100 adolescentes sin educación han estado
alguna vez embarazadas, y 47 de cada 100 ya son
madres."  
La Policía Nacional del Perú, que está
facultado para recibir denuncias y realizar las investigaciones
del caso.

La Convención sobre la eliminación de
todas las formas de discriminación contra la mujer, suscrita
por el Perú el 23 de Julio de 1981.
UNICEF, organismo importante de mencionar, pues da financiamiento
para el desarrollo de programas de prevención,
rehabilitación, investigación y
capacitación.
Asimismo, la Asamblea General de las Naciones Unidas
aprueba el 20 de Noviembre
de 1989, la comisión de los Derechos de los Niños.
El Estado peruano lo aprobó en Agosto de1990.
Reflexionar desde el Trabajo Social el
problema de la violencia familiar implica fortalecer la
intervención profesional en todos los espacios ya
existentes (PROMUDEH, DEMUNAs, Policía Nacional, etc.).
Los mismos que se desarrollan a partir de las siguientes
líneas de acción:Administración y Prestación de
Servicios Sociales; como proceso de atención y seguimiento
de casos sociales; conciliaciones. Capacitación; como
proceso educativo que busca cambiar
comportamiento, aptitudes, actitudes y
fortalecer las habilidades y destrezas de las personas;
involucrando a la familia, a los Centros Educativos y
organizaciones de base.

Concibiendo como eje central y permanente Los Derechos
Humanos, entendida ésta no apenas desde el campo
jurídico sino como una cuestión que se encuentra
presente en la vida cotidiana de los actores sociales. Investigación
social; desarrollo de investigaciones y diagnósticos
sociales.
Sistematización, existen muy pocas sistematizaciones sobre
violencia familiar que den cuenta de la experiencia profesional
de esta área. Planeamiento
Social; a partir de la ejecución de planes, programas y
proyectos sociales.
Una eficiente intervención profesional frente a la
violencia familiar requiere:

  • Explicarse adecuadamente la ausencia de
    articulación entre las  diversas propuestas hasta
    hoy gestadas en los diferentes espacios (eventos,
    textos, etc.) por un lado y las posibilidades reales de
    intervención profesional por otro.
  • Mirar como construimos y de – construimos nuestra
    identidad
    profesional (sea como estudiantes, egresados, docentes o
    profesionales en ejercicio) y que factores inciden en la
    dinámica de los mismos.
  • Asumir las prácticas (pre) profesionales como
    espacios desde los cuales sea posible fortalecer las
    líneas de acción, desde donde se interviene y
    legitima otros nuevos que se presentan.
  • Considerar nuestra formación profesional que
    desde los inicios se torna insuficiente como para responder a
    las demandas sociales, entre ellos a la violencia
    familiar.

Varios detonantes entran en juego para
configurar lo anteriormente descrito:
 La mayoría de los estudiantes ingresan
accidentalmente a las Escuelas y/o Facultades de Trabajo Social y
por lo tanto se asume estudiar la profesión como una
opción de no ser excluido de los estudios
superiores.

  • Debilitamiento en el hábito de
    autoformación.
  • Nivel insuficiente de enseñanza impartida en
    las aulas por el escaso diálogo entre docente – estudiante y
    ausencia de relaciones horizontales.
  • El valor que le
    otorga la sociedad a partir de la responsabilidad asumida por
    el profesional.
  • Espacios de intervención desfavorables, en
    condiciones que no permiten desarrollar eficientemente las
    prácticas pre – profesionales.
  • Falta de interés por mejorar la
    educación en Trabajo Social (como docentes o
    estudiantes), sea este por cuestiones económicas o por
    ausencia de una autoestima profesional.
  • Deficiente diálogo entre lo que se imparte en
    las unidades académicas y las experiencias de
    intervención profesional.

EXPERIENCIAS DE TRABAJO INTERSECTORIAL EN EL
PERÚ

En el Perú, las experiencias de coordinación y acciones multisectoriales
para enfrentar la violencia familiar son de larga historia y se
remontan a la creación de la Primera Comisaría de
Mujeres del Perú en agosto de 1988. En efecto, el esquema
de funcionamiento de dicha dependencia incluía una abogada
del Ministerio de Justicia y dos abogadas de organizaciones no
gubernamentales. Las otras profesionales (psicólogas y
asistentas sociales) pertenecían a la policía. Este
formato se cumple actualmente en las Comisarías de la
Mujer existentes.3

En este ámbito, se ve un reciente interés
estatal por mejorarlos y crear espacios especializados.
Efectivamente, desde marzo de 1999 viene impulsándose
desde el Ministerio de la Mujer una experiencia de Módulos
Integrales de
atención a los casos de violencia familiar denominados
"Centros Emergencia Mujer".

En septiembre de 1998 se creó mediante
Resolución Suprema Nº. 074-98-PROMUDEH, el Grupo
Impulsor de Hogares Libres de Violencia Familiar – GRUPFAM, como
instancia temporal, destinada a realizar la evaluación
de los resultados de la aplicación y difusión del
Texto Único Ordenado de la Ley Nº. 26260 "Ley de
Protección Contra la Violencia Familiar" y su Reglamento;
así como los logros de las acciones llevadas a cabo, en el
marco de afirmación de los valores familiares.

El 26 de abril del presente año (2001) fue creado
el Programa Nacional Contra la Violencia Familiar y Sexual en el
seno del Ministerio de Promoción de la Mujer y el Desarrollo
Humano como órgano encargado de diseñar y ejecutar,
en el nivel nacional acciones y políticas de
prevención y apoyo a las personas involucradas en hechos
de violencia familiar y/o sexual.

Esto constituye un enorme avance en el accionar del
Estado pues establece un Programa y recursos destinados a la
atención de esta problemática con envergadura
nacional e integral. El programa, prevé la
provisión de recursos para la mejora en el funcionamiento
de las casas de refugio que operan como iniciativas de la
sociedad civil y los municipios, así como la
instalación de 30 nuevas casa de refugio temporal en el
curso de este año. Asimismo, se está
diseñando un programa especial para la
rehabilitación de víctimas y agresores, en el marco
de la apuesta integral con que este programa ha sido
concebido.

LA MESA
NACIONAL MULTISECTORIAL PARA LA PREVENCIÓN
Y

ATENCIÓN DE LA VIOLENCIA
FAMILIAR

En materia de
coordinación intersectorial, resalta la creación y
el funcionamiento de la Mesa Nacional Multisectorial para la
prevención y atención de la violencia familiar,
desde 1997.

Se trata de una instancia tripartita de
coordinación de acciones y concertación de
objetivos de naturaleza intersectorial e interinstitucional con
envergadura nacional. En ella se encuentran representadas todos
los sectores públicos con responsabilidad de atender la
violencia familiar desde sus distintos mandatos
específicos.

Así por ejemplo, son miembros de la Mesa: el
Ministerio de Educación a través de su Oficina de
Prevención Integral de la Violencia, el Ministerio de
Salud tiene dos representantes: uno del Instituto de Salud Mental y la
Responsable Nacional del Programa Mujer, Salud y Desarrollo, el
Ministerio de la Mujer con dos representantes: una del Programa
contra la Violencia Familiar y Sexual y una representante de la
gerencia de
Promoción de la Mujer, el Ministerio de Justicia
representado por un miembro del Consejo Nacional de Derechos
Humanos, una Fiscal de
Familia representa al Ministerio Público y asiste
también una representante de la Comisión de la
Mujer del Congreso de la República.

Por las agencias de cooperación internacional
participan la Organización Panamericana de la Salud OPS
que impulsó esta experiencia como parte del Proyecto de
Prevención de la Violencia Contra la Mujer y la
Niña, el Fondo de Población de Naciones Unidas
UNFPA y el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia UNICEF.
Asimismo, las campañas han contado con el apoyo de
UNIFEM-Quito.

Las organizaciones no gubernamentales se encuentran
representadas por el Centro de la Mujer Peruana Flora
Tristán que coadyuvó con la OPS en la
creación de esta Mesa, la Red Nacional de
Promoción de la Mujer y el Comité Latinoamericano
de los Derechos de la
Mujer CLADEM-Perú.

La Mesa formuló su primer plan trienal 1997-2000
que guió su accionar en ese período y actualmente
ha aprobado su segundo plan trienal 2001-2003.

Una de sus estrategias de mayor impacto fue el impulso
de Mesas de Coordinación similares a nivel departamental
en todo el país, encargándose a cada ministerio el
impulso de las mismas en determinadas zonas del país. La
iniciativa fue rápidamente recogida por el país y
actualmente existen Mesas de Coordinación en todo el
país, y en algunas zonas inclusive en las provincias y
distritos4, incluyéndose distritos rurales.

Podemos señalar entre los factores que hicieron
propicia una rápida expansión de la experiencia: el
compromiso de los diversos sectores del Estado en la lucha contra
la violencia familiar, la existencia de experiencias de trabajo
en estas materias en las organizaciones no gubernamentales de las
diversas localidades, la necesidad de plantear estrategias
conjuntas frente al poco impacto del trabajo desarticulado, el
interés de las Municipalidades, Iglesias y Universidades
de intervenir en el tratamiento a este problema al detectarse sus
preocupantes dimensiones.

Sin duda, un factor que incidió
significativamente en el desarrollo masivo de esta experiencia,
fue la ausencia de un formato exclusivo y excluyente de
afiliación, lo que dio plasticidad al proceso y
permitió el planteamiento de nombres, integrantes y
propósitos específicos acordes con la necesidad de
cada zona en el país.

NORMATIVIDAD CONTRA LA VIOLENCIA FAMILIAR EN EL
PERÚ

El 24 de diciembre de 1993 se promulgó la Ley
26260 que estableció la política del Estado y de la
sociedad frente a la violencia familiar2 desde un enfoque
preventivo y no penal. En su intento por lograr el mejor marco
normativo posible en esta materia, se han realizado varias
modificaciones a este dispositivo, la última de ellas en
julio del 2000. Un avance legal importante es la
derogación del dispositivo de la Ley 26872 sobre
Conciliaciones Extrajudiciales y su Reglamento D.S. No.
001-98-JUS. que consideraba la violencia familiar como materia
conciliable

Al interés por una mejora constante del marco
normativo se contrastan los problemas en la aplicación que
son de diversa índole.

Por ejemplo, una vasta jurisprudencia
nos indica que los acuerdos que se llevan a cabo ante Jueces y
Fiscales, suelen terminar dando obligaciones a las
víctimas de violencia las mismas que incluyen: cumplir con
cocinar, atender a los hijos, comportarse como una señora,
no llegar tarde del trabajo, no salir a sitios públicos
con mujeres solas, entre otros. Mientras que los agresores
sólo piden perdón y se obligan a no cometer
nuevamente estos hechos.

Asimismo, de acuerdo a Ley, los Médicos del
Sector Salud están facultados para otorgar Certificados
Médicos, que en el caso de violencia familiar tienen pleno
valor probatorio. Sin embargo, los Médicos sienten temor
de otorgar estos certificados debido a que piensan que
serán citados al Poder Judicial
generándoles gastos y
pérdida de tiempo.

También son numerosas las quejas respecto de la
atención policial, aunque según la Defensora
Especializada en los Derechos de la Mujer, la policía
suele responder rápidamente frente a las ellas modificando
la irregularidad detectada.

LEY DE
PROTECCIÓN FRENTE A LA VIOLENCIA FAMILIAR

Decreto Ley N°
26260

TITULO PRIMERO

DISPOSICIONES GENERALES

Artículo 1º.- Se establece una medidas de
protección contra la violencia familiar.

Artículo 2º.- Se entiende por violencia
familiar al maltrato físico, psicológico e
inclusive la amenaza entre:

a. Cónyuges;

b. Convivientes;

c. Ascendientes;

d. Descendientes;

e. Parientes consanguinidad;

f. Quienes habitan en el mismo hogar.

Artículo 3º.- Es obligatorio que el Estado
luche contra todo tipo de violencia familiar, y realizarse las
siguientes acciones:

a) Enseñar los valores éticos, los
derechos del niño, de la mujer, del adolescente y de la
familia.

b) Hacer campañas sobre la problemática
social y difundir la ley y condenar los actos de violencia
familiar.

c) Estudiar las causas de violencia familiar y adoptar
medidas para que no vuelva a suceder.

d) Establecer procesos legales para las víctimas
y facilitar la atención gratuita en los reconocimientos
médicos requeridos por la Policía, Ministerio
Publico o Poder Judicial.

e) Promover la participación de organizaciones,
entidades públicas o privadas para el tratamiento de
víctimas de violencia y agresores.

f) Reforzar las delegaciones policiales con personas
especializadas en los casos de violencia familiar.

g) Establecer hogares temporales para las
víctimas y crear instituciones para el tratamiento de
agresores.

h) Capacitar a los policias, fiscales, jueces ,
médicos legistas, para que cumplan contra la violencia
familiar.

Las acciones del artículo serán
coordinadas por el Ministerio de Promoción de la Mujer y
del Desarrollo Humano.

CAPITULO SEGUNDO

DE LA INTERVENCIÓN DEL

MINISTERIO PÚBLICO

Artículo 9º.- Fiscal de la Familia
tramitará las peticiones que se formulen verbal o escrito
a la víctima, sus familiares tratándose de menores,
la persona que conozca de los hechos, también podrá
actuar como un testigo de hecho dando sus testimonios.

Artículo 10º.- De oficio de hechos, el
Fiscal exigirá una protección inmediata cuando
solicita la víctima incluyen, sin que la
enumeración sea limitativa.

El Fiscal de Familia debe hacer conocer al Juez la
solicitud.

Artículo 11º.- La seguridad de la
víctima o la familia toma una decisión
jurisdiccional, solicita una medidas cautelar pertinente al Juez
Especializado de Familia, proceder la solicitud de una
asignación anticipada de alimentos. Las medidas
cautelares se concederán sin el requisito de
contracautela.

Artículo 12º.- El Fiscal goza de la potestad
de libre entrada al lugar donde huvo violencia.

Artículo 13º.- El Fiscal convocará a
la víctima y al agresor a audiencia de
conciliación, y buscar una solución que termine la
violencia. Para dicha conciliación, se requiere un apoyo
psicológico correspondiente.

El Fiscal está obligado a suspender la
conciliación, cuando la víctima tenga temor y se
sienta en una situación de inseguridad o no participe en
ella.

Artículo 14º.- La citación al agresor
deberá ser denunciado por delito de desobediencia a la
autoridad en caso de inconcurrencia del Articulo 368° del
Código Penal.

Artículo 15º.- Tiene los efectos previstos
en el Articulo 328 del Código
Civil, en el incumplimiento concede al Fiscal el derecho
recurrido al Juez de Familia, para exigir su
ejecución.

Artículo 16º.- El Fiscal interpone demanda al
Juez de Familia, con la que se tramitará un arreglo a lo
dispuesto en el Articulo 18° del presente Ley.

Artículo 17º.- Su función intuitiva
corresponde al Ministerio Público por alcanzar
periódicamente dependencias para conocer la existencia de
denuncias sobre la violencia familiar, en cuanto conforma esta
Ley.

CAPITULO TERCERO

DE LA INTERVENCIÓN JUDICIAL

SUBCAPÍTULO PRIMERO

DE LA INTERVENCIÓN DEL JUEZ

ESPECIALIZADO DE FAMILIA

Artículo 18º.- El Juez Especializado de
Familia del lugar donde vive la víctima o del lugar donde
vive la víctima o del lugar de la
agresión.

Artículo 19º.- El proceso se inicia con una
demanda:

a) De la víctima de violencia o su
representante.

b) Del Fiscal de Familia.

Del procedimiento

Artículo 20º.- La Violencia Familiar se
tramita como Proceso Único, conforme a las disposiciones
del Código de los Niños y Adolescentes, en esta Ley
se detallan la sentencia.

Artículo 21º.- La resolución judicial
que pone fin al proceso si ha existido o no violencia familiar y
establece las medidas, de protección en favor de la
víctima, la suspensión temporal de la
cohabitación, la salida temporal del agresor, la
prohibición temporal de toda clase de visitas por parte
del agresor.

El tratamiento que debe recibir la víctima, a su
familia y el agresor.

La reparación del daño.

Establece una pensión de alimentos para la
víctima, cuando corresponda legalmente, al juez por ello
es necesario para su subsistencia.

Artículo 22º.- En caso de incumplimiento, el
juez ejercerá las facultades coercitivas, contempladas en
los Artículos 53° del Código Procesal Civil y
205° del Código de los Niños y Adolescentes,
sin perjuicio de las responsabilidades penales, a que hubieran
lugar.

Artículo 23º.- El Juez adopta medidas
cautelares, desde la iniciación del proceso y durante el
tramite, igualmente ejercerá la facultad de
conciliación, en los términos previstos por el
Artículo 13º de la presente Ley.

 TITULO TERCERO

DISPOSICIONES COMUNES A TODOS

LOS PROCESOS

Artículo 27º.- Los antecedentes y documentación correspondiente a los
procesos se mantendrán en reserva. Las actuaciones
tenderán a ser privadas.

Artículo 28º.- El Poder Judicial solicita la
colaboración de todas las instituciones públicas o
privadas para la evaluación física y
psicológica de las víctimas o agresores, para la
aplicación de las medidas que contempla la presente
ley.

Artículo 29º.- Los Establecimientos de Salud
tienen pleno valor para el probatorio de los procesos sobre
Violencia Familiar.

También tienen los certificados que expidan
instituciones privadas, con las que el Ministerio Público
y el Poder Judicial celebren Convenios.

TITULO CUARTO

DE LA INTERVENCIÓN DE

LAS DEFENSORIAS MUNICIPALES DEL

NIÑO Y DEL ADOLESCENTE

Artículo 30º.- La Defensoría del
Niño y del Adolescente, podrán, en ejercicio de sus
atribuciones, llevar adelante la conciliación destinadas a
resolver conflictos causados por violencia familiar.

DISPOSICIONES FINALES

Primera.- La realidad del Distrito lo justifiquen, al
Poder Judicial o el Ministerio Público, a través de
sus órganos de gobierno, asigna las demandas que plantean
la ley de violencia familiar, a los Juzgados de Paz
Letrados.

Segunda.- Deróganse las disposiciones que se
opongan a la presente ley

RECOMENDACIONES DEL GRUPO

El grupo sugiere lo siguiente :

Que se debería realizar mas trabajos sobre el
tema , especialmente en los colegios.

Deberían hacerse mas hogares para madres
maltratadas (especialmente en Huancavelica).

Se debería poner mas castigo para los
agresores.

Se debe realizar charlas para los niños,
jóvenes y ancianos (también a los
pandilleros).

Se debería hacer centros para rehabilitar a los
agresores.

El Código Civil debe hacer cumplir los derechos
de la familia.

CONCLUSIONES

El grupo ha llegado ala siguiente
conclusión:

El maltrato familiar es físico,
psicológico, amenazas

El estado tiene derecho la integridad física de
los niños, jóvenes, ancianos y mujeres.

La policía tiene derecho a recibir denuncias sin
recibir ninguna cantidad de dinero.

No puede haber conciliación si la mujer tiene
miedo al marido.

Si no se logra la conciliación el caso pasara al
juez de familia.

La defensoría Municipal deberá resolver
conflictos.

BIBLIOGRAFÍA

Folletos.

Programa Nacional de Salud Mental.

1998.

Boletines.

Programa de Salud Mental.

1998.

Violencia Familiar.

María Isabel Rojas.

Ediciones Universidad Católica de
Chile.

1991.

Sexo, Niño y Sociedad.

Yolanda León y Julio Peche.

Biblioteca Peruana de Psicología.

1987.

Abuso Sexual al Menor.

Elvira Salazar Antúnez
de Mayolo.

Gobierno del Estado de Nuevo León, México.

1989.

Coordinación General del Movimiento Manuela
Ramos.

Violeta Bermúdez V.

1999.

 

Por

Hormesinda Marin E.

Manuel Risco Ch.

UNIVERSIDAD SAN JUAN BAUTISTA FACULTAD DE DERECHO Y
CIENCIAS
POLITICAS -(FILIAL CHINCHA)

Partes: 1, 2
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